“…y prosigo a la meta, al premio al que Dios me ha llamado desde el cielo en Cristo Jesús.” Filipenses 3:14
Ya se fijaron que cuando llegan a la meta que se habían propuesto, en un momento dado empiezan a desanimarse, empiezan a bajar los brazos como si aquello que consiguieron con tanto esfuerzo no significara nada, como si no valiera nada.

Todos nosotros debemos tener constantemente metas, y no porque sea una obligación tenerlas, sino porque a cada día uno conquista una meta nueva y tiene que proponerse una nueva para seguir luchando y no caer en la rutina y el desgano.
Empecemos a mirar para las cosas grandes, y también tener metas por las cuales sigamos luchando día a día, llamando la atención de Dios, para que nos mejore en aquello que nos dio… y aquello por lo que luchamos por tanto tiempo, NO DEJES QUE EL DESANIMO, LA FLOJERA HAGN QUE PIERDAS TU MAYOR BENDICION, AQUELLO POR LO QUE LUCHASTE CON TANTAS FUERZAS.
Estamos en la Hoguera Santa, una gran oportunidad para conquistar aquellas bendiciones y hacer realidad los sueños que un día pensaste que solo quedaría así, en sueños. Solo hay que derramar hasta la última gota en el Altar y lo que Dios le dará será tan grande y mucho mejor de lo que esperaba… por ello no deje que con el pasar del tiempo vaya a perder esto por lo que lucho y sacrifico.
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