8/07/2011

7° día del Ayuno de Daniel - SERIA

Hoy me gustaría compartir con todas ustedes este poste de la Sra. Cristiane, nos servirá a muchas… ya que venimos hablando de cómo debemos ser, tenemos que ser verdaderas, he ir a enfrentar cualquier situación, dejar de ser aquella mujer tierna y dulce cuando la situación lo amerita, porque muchas veces hacemos las cosas para agradar a los demás y no pensamos si en verdad estamos agradando a Alguien mucho más importante… a Dios!

“Entonces Jesús dijo a los doce: ¿Acaso queréis vosotros iros también?” (Juan 6.67)

Me encanta este lado de Jesús, del cual casi nadie habla. Cada vez que alguien habla de Jesús, o cuando ves una película sobre Él, se tiene esta impresión de que él era el hombre más manso sobre la tierra. Nada le irritaba… pero me atrevo a estar en desacuerdo.
El Jesús del cual he leído en la Biblia es realmente agradable y manso, pero también muy atento y concentrado en lo que él vino a hacer aquí. No Lo ves, pasando su tiempo tratando de hacer amistades o siendo comprensible con aquellos que no le entendían. Iba directamente al grano y si la persona no entendía lo que quería decir, tendría que hacerlo con el tiempo, porque no iba a perder su tiempo dando todo masticado. No porque no le importaba, sino porque quería hacernos pensar.
Las personas que quieren todo masticado, son personas que no piensan. Son demasiado perezosas para resolver las cosas por sí mismas y generalmente son personas que siempre vienen con una nueva duda sobre su fe y el pastor tiene que ayudarles con paciencia a superar casi todos los días que vienen a la iglesia. Qué lástima – no del pueblo, sino del pastor. Y te diré por qué, porque estas personas no pueden ser ayudadas. Sólo se las podrá ayudar cuando empiecen a ayudarse a sí mismas.
En este pasaje, Jesús acababa de enterarse de que algunos de sus discípulos se habían escandalizado por algo que había dicho. Como es típico de la gente que no piensa- se escandalizan. Lo más interesante es que Jesús no trató de hacerles entender lo que quería decir, él continuó diciendo aún más cosas que provocó la irritación de ellos. Y como si no fuera suficiente, se dirigió a sus doce discípulos, y les hizo la siguiente pregunta: “¿Alguien más quiere irse? La puerta está ahí”
Me pregunto qué pasaría si yo hiciera lo mismo. ¡Seguramente sería crucificada! La gente no acepta este tipo de seriedad. Ellos quieren una fe suave y dulce. La clase de fe que no provoca el cambio en nadie.

Tarea para pensar:
Deja de tratar de ser tan agradable. Céntrate y tomate en serio lo que quiere. Y si eso te lleva a ser mal interpretada, que así sea. Lo que quieres es más importante que lo que la gente diga o piense de ti. TODAS DEBERÍAMOS PONER EN PRACTICA ESTA TAREA!

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