GUERRA INTERNA

Este es un tema muy particular, en mi caso prefiero tomarlo con pinzas porque no es cualquier cosa. Al decir esto no quiero que nadie se asuste, pero yo lo veo así.

Les diré el porqué, porque solo uno mismo puede ganar o perder con su “yo” interno.

Es una guerra que se produce en lo más profundo de su ser. Es luchar día a día con esa voz tan fastidiosa queriendo ganar todo el tiempo nuestra mente, corazón y nuestras actitudes; quien en verdad pasa esta guerra día a día sabe cuán duro es luchar, pero no imposible, ajam, NUNCA ES IMPOSIBLE… porque quien está en la presencia de Dios lo ve todo con diferentes ojos, no se deja llevar por esa voz, lucha hasta el final para hacer callar esa vocecita tan incomodante que muchas veces se presenta en muchos de nosotros.

Les cuento algo que me paso hoy mismo, llegue al colegio y cuando mire para mi alrededor me di cuenta que totalmente todos me ignoraban, me sentía una extraña en medio de tanta gente. Y de repente aquella voz comenzó a decirme, nadie te mira, nadie se interesa por tu presencia allí, salí corriendo ya mismo de acá porque nadie te comprende. En ese mismo instante logre que esa voz se fuera porque decidí escuchar la voz de Dios, esa voz tan dulce y delicada, que me decía, tenes que tener fuerzas, Yo ya te las di, ahora es hora que vos las uses, así que no salí corriendo a ninguna parte, me quede allí y enfrente la situación, a los cinco minutos una compañera comenzó a hablarme.

Por ello es necesario pedir a cada día fortaleza a Dios, porque solo allí vamos a salir vencedores, mientras tanto si usted queda acomodado haciendo caso a aquella voz que nada tiene que ver con Dios, usted no lograra nada, lo único que conseguirá es caer muy lentamente, pero caerá, y no creo que esa caída sea suave.

Por eso luche sin medidas para hacer que esa voz se calle y no la domine a usted, en esos momentos que venga con recuerdos malos del pasado busque orar, cantar una canción bonita a Dios; entre en intimidad con Dios, fortalezca su comunión, así Dios dará las fuerzas y la inteligencia que necesita para que pueda ganar esa guerra. Porque creo que la victoria ya está en nuestras manos.