4/12/2011

EL BAUTISMO EN LAS AGUAS

Río Jordán, donde el Señor Jesús fue bautizado.

Una persona solamente estará preparada para bautizarse en las aguas después de estar segura del arrepentimiento de sus pecados y de su fe en el Señor Jesús. Esta es la razón por la cual no podemos bautizar niños. El bautismo es una ceremonia que requiere del candidato el arrepentimiento de sus pecados. ¿De qué manera un niño va a arrepentirse de sus pecados, si ellos no tienen? Los niños deben, eso sí, ser presentados a Dios, conforme está escrito: “y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía” (Marcos 10:16)
Cuando Pedro, en Jerusalén, hizo su primer gran discurso al respeto del Reino de Dios y de Jesús, la gente, con los corazones compungidos, le indago, a él y a los demás apóstoles, sobre que debería hacer:
“Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo” (Hechos 2:38)
El arrepentimiento, por lo tanto, es la condición básica para que el candidato sea bautizado. Muchas personas se bautizan sin arrepentirse. El resultado es la existencia en nuestro medio de personas “convencidas”, y no “convertidas”, al Señor Jesús. Ellas están siempre creando problemas para la Iglesia en general: o discuten con uno, o pelean con otro, hablan del pastor, de las obreras; en fin, nunca están contentas con nada, pues el ambiente en el cual están no les pertenece. Tales personas continúan viviendo bajo el dominio del pecado, ya que no tienen su carne sepultada con Cristo.
El bautismo es uno solo, pero debe tener efecto, de lo contrario no sirve de nada.
Solo el bautismo en las aguas es capaz de neutralizar definitivamente las pasiones de la carne, haciendo posible la vida en espíritu, capacitando a los convertidos para el ejercicio de la fe plena. Yo pase por las aguas bautismales varias veces, pero apenas una fue valida.
¿Qué es lo que capacita a los convertidos para que tengan una nueva vida? ¿Como preservar la fe mientras estemos en este mundo? Solo el bautismo en las aguas tiene el poder de mantener sepultada la vieja naturaleza corrupta, impidiendo así la manifestación de las pasiones de la carne, posibilitándole al cristiano vida en espíritu. Por esa razón, el bautismo en las aguas es el marco divisor para el cambio de todo cristiano.
¿Para que una persona pueda ser salva, tiene que ser bautizada en las aguas? – Depende. El ladrón en la cruz no fue bautizado en las aguas, ni en el Espíritu Santo, y mucho menos tuvo un nuevo nacimiento; pero, él fue salvo. ¿Por qué? Porque dentro de algunas horas más estaría muerto. Ahora, lo mismo ocurre con aquellos que están al borde de la muerte y aceptan al Señor Jesús como Salvador.
No obstante, aquellos que tienen que enfrentar diariamente los desafíos de los atractivos de un mundo enemigo de Dios y luchar contra los deseos de la propia carne, solo conseguirán resistir al mal y conservar su Salvación después de pasar por el entierro de la carne (bautismo en las aguas) y estar llenos del Espíritu de Dios (bautismo con el Espíritu Santo).
La verdad es que la Salvación gratuita que ofrece Dios, a través de Su Hijo Jesús, es simple y fácil, pero difícil de conservarla. La necesidad de vigilancia constante en cuanto a la Salvación es tan importante que el Señor Jesús advierte a todas las iglesias, en el Apocalipsis, que solamente el vencedor tendrá derecho a la vida eterna.

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