9/02/2011

Derecho de piso

Hoy vamos a hablar del famoso “derecho de piso” del que todos han y aun hablan en nuestro entorno.
Si bien la Obra es de Dios, ya sabemos que ni todos son de Dios… una clara forma de verlo es cuando dos personas, una que si verdaderamente quiere servir a Dios y la que solo usa la emoción y solo quiere estar en la Obra para ponerse un lindo uniforme… comienzan a transitar el mismo camino… pero solo una de ellas va a llegar hasta el final… es claro que la que llegara es la que verdaderamente quiere hacer la obra de Dios.
A que llamamos “hacer la obra verdaderamente”?, lo llamamos a la dedicación que ella tiene con sus obligaciones tanto en la casa como en la iglesia, el amor que tiene por el prójimo, ella es una verdadera guerra que quiere arrebatar las almas de las garras del diablo, y por sobre todo tiene un gran amor por Dios, pero este amor no es solo con palabras que ella lo demuestra, este amor lo demuestra con hechos, actitudes, realización.
Cuando ella entra en el entorno de los siervos de Dios, muchos de ellos por ahí estén fríos y quieran perjudicar su llegada a la Obra de Dios.
Pero no vale de nada asustarse ni nada por el estilo… porque bien sabemos que la Obra de Dios está hecha por hombres que muchas veces se equivocan, (hasta yo ya me he equivocado, pero gracias a Dios abrí mis ojos a tiempo). Y van a ver injusticias dentro de la misma obra, pero solo el que es nacido de Dios permanece verdaderamente.
Así como el amor, el casamiento, el convivir no es todo color de rosa, así tampoco lo es la Obra de Dios, con seguridad que hacer la Obra es hermoso, es muy lindo, pero es ahí donde uno pasa por desiertos, y en aquellos desiertos es donde uno crece más espiritualmente, funde mas sus cimientos en el Espíritu Santo.
Lo único que podemos hacer es orar por aquellos siervos para que vuelvan al primer amor. Y para que Dios encienda nuevamente la llama de la fe inteligente en ellos.
Obvio que mantener una mayor intimidad con Dios es lo que más precisamos en esos momentos, y siempre porque el Señor es nuestro sustento, nuestra fuerza, es NUESTRO TODO.
Así que si estas pasando por tribulaciones dentro de la obra, no mires para las dificultades, o para lo que puedan a llegar a hacer, sino que mira solo para Jesús, y pídele que te revista de Su armadura para no desistir y seguir en la guerra, QUE NO ES CONTRA CARNE, SINO CONTRA ESPRITUS QUE ATORMENTAN A MUCHAS PERSONAS QUE SE ENCUENTRAN PERDIDAS EN EL MUNDO.

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