El camaleón
es un lindo animalito, y bello en el sentido de su capacidad de cambiar de
color según el ambiente donde se encuentre. Él lo hace porque debe protegerse
de los depredadores.
Y ahora
bien se preguntaran que tiene que ver el camaleón con el post de hoy.
Muy simple…
hay personas, no todas obvio, hay personas que son como los camaleones… cambian
su aspecto, su forma de ser, su carácter según el lugar donde se encuentren.
Ellas
en la iglesia se comportan de una manera, son sumisas, educadas, con un
comportamiento excelente… Mientras que cuando llegan a su casa son todo lo
contrario, comienzan las alteraciones, los gritos, el mal carácter… O en el
entorno escolar o de trabajo, ella con sus compañeros quiere aparentar ser
liberal, su comportamiento pasa a ser otro, sobre extrovertido, habla malas
palabras, la sumisión la perdió por completo.
Este es
un claro caso y semejanza al camaleón… estas personas, y muchas de ellas cristianas…
tienen mucho en común con los camaleones… Y este es una de las cosas por las
cuales muchas no logren cambiar su vida…simplemente porque quieren camuflarse según
la situación en la que están viviendo, porque los problemas vienen acechándola.
Si nosotras
verdaderamente nos consideramos cristianas, hijas de Dios… debemos tener el
mismo comportamiento que tuvo Jesús… no el comportamiento que se nos antoje a
nosotras.
Que mejor
ejemplo a seguir que el del Señor Jesús…
Dejemos
de unas vez por todas las apariencias, las mascaras… seamos quienes en verdad
Dios quiere que seamos… porque de una cosa estoy segura que si se dejan guiar
por el Espíritu de Dios lograran tener una vida, y una vida feliz junto a lo
que es Verdadero.
Tiremos
a la basura, las escamas, los colores de camaleón… y seamos nosotras mismas,
esas mujeres que Dios escogió, libero, limpio y moldeo para hacer de ellas un
gran testimonio y ayudar a muchas otras mujeres que se encuentran en la situación
de camaleón en este momento.
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