Podemos encontrar en las Escrituras que explican claramente sobre como tiene que comportarse, vestirse y hablar la mujer de Dios.
Pues bien, en “1°Timoteo 2:9-15” nos enseña que no si podemos arreglarnos y ponernos bonitas, pues somos mujeres y estar presentables esta en nosotras. Pero remarca algo muy importante que es la modestia al vestirse y al maquillarse, no es necesario pintarse exageradamente y vestirse provocativamente aunque muchas veces no lo haga con aquella intención, termina llamando la atención de personas que no debería.
Nosotras solo debemos llamar la atención de Dios con nuestras obras realizadas solo para Él. No tenemos que hacer las cosas para el hombre, porque si estamos en donde estamos, es porque fue Dios quien nos extendió la mano cuando nosotras nos encontrábamos en el mundo lleno de vacío y soledad.
También podemos observar que habla de que nosotras no tenemos autoridad sobre los hombres (esposos, para aquellas mujeres casadas) y que guardemos silencio ante cualquier cosa que pueda llegar a hablar el esposo a la esposa. Dios nos creo a nosotras del hombre y tenemos que tener la conciencia esa, que somos sus auxiliadoras de ellos y mucho más importante de Dios.
Nuestra misión aquí en el mundo es hacer hijos espirituales, llevar a aquellos que se encuentran iguales o peor de mal, como un día nosotras ya nos encontramos y hubo Alguien que nos saca de ese pozo lleno de tinieblas.
Y esta misión debemos realizarla con modestia, para permanecer así en la fe, el amor y la santidad. De esta manera estaremos dando nuestro mejor para Dios, nuestro todo.
Demos a cada día pedir el removimiento de las fuerzas de Dios, que el amor por Él sea como el primer día en que lo conocimos verdaderamente, el día en que nacimos para Él y morimos para el mundo, y separar nuestras vidas para Jesús, santificarnos a cada día mas para que nuestro Señor nos venga a usar cada vez más, y nos venga a enseñar mas y mas.
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