Humildad, Valentía y Fuerza
Primeramente vamos a hablar sobre la humildad que tiene que haber en cada una de nosotras que deseamos ser un instrumento en las manos de dios.
“Así, yo, presto en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación a que fuisteis llamados, con toda humildad, mansedumbre y paciencia, soportándoos unos a otros en amor…” Efesios 4:1-2
Nunca podremos hacer la voluntad de Dios si en nuestro interior no hay humildad para postrarnos delante de Él, nunca Dios podrá llevar a cabo todas las cosas que tiene preparadas para nosotras si no somos humildes de todo corazón. Debemos humillarnos delante del Señor y estar a Sus pies toda la vida, como así fue María que estaba a sus pies en todo momento en que Él estuvo en su hogar.
Pero humillarnos delante del Señor no quiere decir hacerlo delante de Él solamente, tenemos que ser humildes con todo, aceptando nuestros errores, aceptando la ayuda de quienes Dios usa para que así vengamos a aprender y crecer, dejar el orgullo de lado y aceptar la opinión o el llamamiento de atención es humillarse delante de Nuestro Señor Jesús también, son aquellas pequeñas cosas que al final nos hacen grandes por el solo hecho de humillarnos y ser el vivo reflejo de Jesús en nuestras vidas.
Ser valientes y fuertes. “Esfuérzate y sé valiente, porque tú repartirás a este pueblo en herencia la tierra que jure a sus padres que les daría.
Solo que te esfuerces y seas muy valiente para hacer conforme a toda la Ley que mi siervo Moisés te mando. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que seas prosperado en todo lo que emprendas.
El Libro de la Ley nunca se aparte de tu boca. Antes medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Entonces prosperarás, y todo te saldrá bien.
Mira que te mando que te fuerces y seas valiente. No temas, ni desmayes; porque yo, el Señor tu Dios, estaré contigo donde quiera que vayas.” Josué 1:6-9
Ahora bien, podemos ver claramente que el propio Dios nos está mandando que nos esforcemos y seamos valientes. De nada sirve ser humildes y no ser fuertes y valientes, pues estas tres cosas podemos decir que andan juntas… tenemos que ser valientes y fuertes para alcanzar todas aquellas promesas que Dios nos hizo a través de Su palabra, y común con ello tenemos que ser humildes, pues si somos egoístas y orgullosos de nada servirá, y así como conquistamos con nuestra valentía y fuerza se perderá todo por el ego y el orgullo.
Sepa separar las cosas como deben ser. Habrá sus ojos y mire solo a Jesús, solo a Él, porque Él nunca nos abandonará en este camino en el que comenzamos a caminar, siempre va de nuestro lado protegiéndonos y guiándonos. Pero siempre y cuando seamos valientes y fuertes para la guerra y humildes para aceptar todo aquello que Dios nos quiere enseñar.
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